EL SENDERO DEL PEJE.... Pejetonterias, pejemanias, pejevideos.

Seguimiento del paso de este populista antes de las elecciones en México, los complós y demas sueños guajiros.


MALO el Mesias.. Por Ricardo Aleman.

OJO ESTA NOTA ES MUY INTERESANTE Y NO ES NINGUN COMPLOT, AMLO ES UN VERDADERO PELIGRO PARA MEXICO. DALE UNA LEIDA, SI NO ESTAS CONFORME CON LO QUE DICE INVESTIGA, Y SIGUE LEYENDO. EL CONOCIMIENTO TE HARA LIBRE.



Columnas - El Universal - Columnas
López Obrador, muy lejos de Cárdenas y Juárez

Un ex priísta que desde el PRD reconstruyó al PRI

P arece una casualidad, pero está muy lejos de serlo. Y es que si bien se trata de dos ejercicios intelectuales distintos, la conclusión es la misma. Enrique Krauze, el reconocido escritor, historiador y ensayista mexicano, y George Greyson, el mexicanólogo del College of Williams and Mary, concluyeron que Andrés Manuel López Obrador es un mesías, antes que político de izquierda, antes que candidato presidencial.

En un rico ensayo de reciente publicación (Letras Libres, junio de 2006), Krauze descubre las pasiones tropicales de López Obrador, sus creencias mesiánicas y rompe con los mitos de que El Rayo de Esperanza es lo más parecido a las modernas versiones de los ex presidentes Juárez y Cárdenas. Más bien, dice Krauze, se trata de recursos retóricos muy lejanos a los prohombres de la Reforma y la Revolución mexicanas. López Obrador es para el historiador, El Mesías Tropical.

Por una ruta distinta, la de una puntual reconstrucción del nacimiento como líder social, su crecimiento y maduración como político de la llamada izquierda mexicana y luego como candidato presidencial, George Greyson llega a la conclusión de que López Obrador "es un mesías secular que ha proclamado una doctrina de salvación mediante el regreso a los valores de la Constitución mexicana de 1917". Es decir, justicia para los trabajadores, derechos para los indígenas, nacionalismo ferviente, antiimperialismo ante el flagelo del neoliberalismo y la globalización. El Mesías Mexicano de Greyson (Editorial Grijalbo), se refiere a un líder y político cuya visión y trayectoria políticas cambian elementos de la izquierda, populistas, nacionalistas y corporativistas de una manera que lo separan de los demás políticos.

Y está claro que son muchos los malquerientes intelectuales de Krauze y los que por pensar distinto a los intelectuales "cortesanos" de AMLO descalifican el ensayo presentado en Letras Libres, como abundan los que restan méritos a la investigación de Greyson. Pero más allá de las filias y fobias, de la incapacidad de amplios sectores por reconocer el valor de la libertad de expresión para la democracia mexicana -más allá de la intolerancia de los que ven como una traición el pensar distinto y el criticar precisamente al mesías-, lo cierto es que los ejercicios intelectuales de Krauze y Greyson -respecto a la figura de López Obrador- colocan el debate sobre la sucesión presidencial en el terreno de las ideas y la información, lejos de las pasiones y el lodazal que paralizan y anulan libertades como la de expresión, la crítica y el debate de las ideas.

´El Mesías Tropical´

Krauze arranca su ensayo con una narración de sus encuentros con López Obrador, en donde descubre lo que todos saben, que al tabasqueño el mundo exterior, más allá de su natal Tabasco, y de todo México, "lo tenía sin cuidado". En realidad lo sigue teniendo sin cuidado. Según los dos encuentros de Krauze con AMLO, el candidato presidencial resumió en pocas palabras su ideario de gobierno: "La cosa es simple: hay que ser como Lázaro Cárdenas en lo social y como Benito Juárez en lo político".

Pero precisamente aquí está uno de los valores esenciales del ensayo del historiador, quien ofrece contrastes puntuales entre Cárdenas y AMLO, entre Juárez y AMLO. Dice del ex presidente michoacano: "Lázaro Cárdenas fue un presidente popular pero no populista. De temple suave, pacífico y moderado, tan silencioso y ajeno a la retórica que lo apodaban La Esfinge, en los años 30 repartió 18 millones de hectáreas entre un millón de campesinos. Cárdenas fue un constructor interesado en los detalles prácticos; quiso que los campesinos llegaran a ser autónomos y prósperos mediante la organización ejidal colectiva o a través de la pequeña propiedad, ambas apoyadas por la banca oficial".

"López Obrador se manifestaba cada vez más como un gobernante popular y populista. De temple rudo, combativo y apasionado, orador incendiario, su vía para emular a Cárdenas consistió en ofrecer un abanico de provisiones gratuitas, entre ellas el reparto de vales intercambiables por alimentos, equivalentes a 700 pesos mensuales, a todas las personas mayores de 70 años. Estos programas, sobre todo el de apoyo a los ´adultos mayores´ (del cual no existe padrón), le granjeaban una gran simpatía pero no atacaban de fondo los problemas. ´Andrés y su equipo no conocían la complejidad de la problemática social de la ciudad´, me dijo Clara Jusidman, su amiga de muchos años y su jefa en los 80, en el Instituto Federal del Consumidor. En el gobierno perredista de Cuauhtémoc Cárdenas (1997-1999), Jusidman y su equipo habían establecido las bases de una amplia y laboriosa red de ´facilitadores´ que procuraba atender diversas necesidades relacionadas con la ruptura del tejido social del DF. Todo eso se desmanteló -lamentaba Jusidman". Krauze abunda: "La gestión de Lázaro Cárdenas coincidió con el ascenso del nazismo europeo. Se enmarcó en una época en que, para amplios sectores intelectuales y políticos de occidente, el socialismo soviético constituía una alternativa al capitalismo occidental. Por eso, en tiempos de Cárdenas la educación oficial en México era ´socialista´. Con todo, no atizó el odio de clases ni era proclive a las ideologías que lo propugnaban. De hecho, tras la expropiación petrolera, Cárdenas fue el precursor de la industrialización en México y para ello fundó el IPN".

"En sus dichos y sus hechos, López Obrador ha seguido pautas muy distintas. A partir de las ruidosas querellas legales en las que se vio involucrado en 2004 y 2005, el jefe de Gobierno recurrió a una retórica de polarización social que Cárdenas no habría avalado. Su vocabulario político se impregnó del conflicto entre las clases. Sus enemigos eran los enemigos del pueblo: los de arriba". El historiador también se refiere al parentesco ideológico que se adjudica AMLO con su admirado Juárez. Al respecto señala: "La austeridad ´republicana´ de los gobiernos juaristas (1858-1872) debía hallar su contraparte en un manejo impecable de las finanzas públicas. No fue el caso. La opacidad en las cuentas públicas del Gobierno del DF era ya entonces (y sigue siendo, hasta la fecha), la zona más turbia en su desempeño. Fox había sacado adelante una Ley de Transparencia que abría a cualquier ciudadano las cuentas públicas del gobierno federal. Muchos gobiernos estatales hicieron lo mismo, pero el DF frenó y limitó la idea". Según Krauze, "la generación de Juárez produjo en 1857 una admirable Constitución de corte liberal clásico que limitó el poder presidencial, instituyó la división de poderes y consignó las más amplias libertades y garantías individuales... El presidente Juárez tenía adversarios de peso en la Suprema Corte y el Congreso, pero jamás utilizó contra ellos las más mínimas triquiñuelas, ni afectó o anuló su esfera autónoma. En cambio, López Obrador, aunque rindiera homenaje retórico a Juárez, mostró muy pronto que no comulgaba con los preceptos esenciales de la democracia liberal".

Y ejemplifica: "En octubre de 2003, una sentencia judicial dictada por un tribunal de circuito obligaba al Gobierno del Distrito Federal a pagar una suma (en verdad absurda) por la expropiación de unos terrenos. López Obrador declaró, con tono extrañamente evangélico: ´Ley que no es justa no sirve. La ley es para los hombres, no el hombre para la ley. Una ley que no imparte justicia no tiene sentido´, y agregó: ´La Corte no puede estar por encima de la soberanía del pueblo. La jurisprudencia tiene que ver, precisamente, con el sentimiento popular. O sea que si una ley no recoge el sentir de la gente, no puede tener una función eficaz (...). La Corte no es una junta de notables ni un poder casi divino´". Krauze concluye que la clave para comprender mejor la formación, la imaginaria, el estilo y sobre todo la actitud política de Andrés Manuel López Obrador, "no estaba en la historia de México, en Cárdenas o Juárez. La clave estaba en la historia de Tabasco, la tierra del ´poder tropical´". Por eso el historiador recorre la historia política de Tabasco, de Tomás Garrido Canabal y de Carlos A. Madrazo -el padre de Roberto Madrazo, el más feroz adversario de AMLO-, y concluye que AMLO, al igual que sus dos referentes tropicales, gustaba de sentir "la veneración por los hombres del poder" y compartir con ellos "el ferviente deseo de gobernar".

´El Mesías Mexicano´

El de George Greyson es un trabajo de alta calificación. Durante varios años localizó y entrevistó a centenares de personas vinculadas con López Obrador niño, estudiante juvenil, líder social, esposo, padre e hijo, y sobre todo, como un luchador social en vertiginoso avance político, siempre vinculado -en la etapa de político partidista en el PRD- con Cuauhtémoc Cárdenas. Pero la niñez y la juventud de AMLO se vio impactada por personajes como sus maestros. Dice el mexicanólogo: "Doña Manuelita, el maestro Lara Lagunas y Carlos Pellicer desempeñaron papeles cruciales en la formación del porvenir de López Obrador. Doña Manuelita le enseñó el valor del trabajo arduo, así como la importancia de la compasión cristiana con los demás. Su crianza, en Tepetitán, le permitió conocer directamente la pobreza, desarrollar un fuente sentido comunitario, donde el aislamiento y la violencia eran compañeros frecuentes y aprender como la gente humilde empleaba medios tradicionales para vengarse de las fechorías... Lara Lagunas lo sumergió en los ideales de Juárez, cuya austeridad republicana se convirtió en la contraseña del mesías político en ciernes".

De su salida del PRI y su llegada al PRD, con Cárdenas como tutor, Greyson dice: "Después de abandonar el buque escolta, Cárdenas y los demás apóstatas estaban ansiosos por reclutar nuevos talentos para sus exploraciones políticas y siguieron cortejando al farisaico López Obrador. En él encontraron a un entusiasta espíritu afín que aplaudía la devoción del padre Hidalgo hacia los desposeídos, el republicanismo austero de Juárez, las metas reformistas de Madero y los cambios sociales fraguados por el resuelto Lázaro Cárdenas. El Peje estaba convencido de que los tecnócratas habían traicionado el compromiso del PRI con el nacionalismo revolucionario. Llegaría a considerar a Salinas la encarnación satánica del neoliberalismo, que tenía que exorcizarse para liberar a la gran mayoría de los mexicanos".

El paso de AMLO por el PRD resulta particularmente interesante, ya que según Greyson, López Obrador "levantó al PRD, un Lázaro político, de la muerte. Realizó inclusive más avances milagrosos al nivel nacional que los conseguidos en Tabasco. Reconstituyó al PRD como refugio para los desertores del PRI que consiguieron las gubernaturas de Zacatecas, Tlaxcala y Baja California. Impulsó triunfos sin precedentes del PRD en el Congreso, al tiempo que ayudó en la fructífera carrera de Cárdenas por la Jefatura de Gobierno del DF. Sus impulsos mesiánicos se manifestaron en su desdén por la ley que expresó cuando se le pidió el apoyo para la reforma política del Cofipe. Pagó a integrantes de las ´brigadas del sol´ en vez de apoyarse en los militantes del partido a quienes no se les daba ninguna remuneración, para lograr votos, y no tomó en cuenta a los militantes del PRD, sino que seleccionó a ex priístas que parecían ser candidatos más fuertes. En 1977 inclusive permitió que Romero Oropeza purgara Tabasco, una sonora bofetada al rostro de los aliados de mucho tiempo. Al hacer esto de nuevo demostró su esfuerzo por crear una facsímil amarillo y negro del PRI. Seguía una estrategia de divide y vencerás -es decir, alentaba las disputas entre las corrientes del partido que acrecentaran su poder y autoridad como líder del PRD".

En su camino a Los Pinos, AMLO se deshizo de su partido, el PRD, que en realidad era un estorbo. Así lo expone Greyson: "Como ex presidente del PRD, López Obrador reconoce la inutilidad de apoyarse en su partido para llegar a Los Pinos".

"En consecuencia, nombró a un independiente y a cinco conversos del PRI para que construyeran las redes ciudadanas cuya misión es complementar el trabajo del PRD: recaudar dinero y -por encima de todo-, reclutar a candidatos atractivos. Si bien algunos líderes perredistas miran con cautela la nueva estructura, siguen respaldando al Peje porque representa la primera oportunidad de que un miembro de su partido llegue a Los Pinos. Incluso antes de dejar la Jefatura de Gobierno, salió del Gerusalem de México para propagar sus 11 mandamientos en más de una docena de ciudades importantes. Después de renunciar a su puesto, llevó su mensaje de redención a las masas. Mientras tanto, trató de restar importancia a su fervor mesiánico nombrando a asesores económicos relativamente bien conocidos, algunos de los cuales viajaron al extranjero para asegurar a las élites estadounidenses que su candidato no tenía nada en común con Hugo Chávez y que gobernaría de una manera sensata. Durante las primeras etapas de su campaña, el mesías tabasqueño prodigó elogios a los santos políticos y se reunió con líderes católicos y protestantes. Mientras sus simpatizantes rogaban a Dios que lo protegiera, las plegarias para que el PRI se caiga a pedazos hasta la fecha no han recibido respuesta".

1 Comentarios “MALO el Mesias.. Por Ricardo Aleman.”

  1. # Anonymous Anónimo

    Que tonteria de comentarios.  

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